1000 cuentos que nunca te conte...: 2012

domingo, 16 de diciembre de 2012

La Navidad no esta...

Aquella mañana prometía ser distinta a las demás. Por la ventana se podía ver como la nieve ya había cubierto la acera, los coches, y las luces de la calle aun no se habían apagado pues era noche cerrada. A las siete de la mañana en punto Anita Tricotosa se levantó y fue al salón para abrir los regalos de navidad.
Estaba tan nerviosa que bajo los escalones de tres en tres gritando y haciendo ruido para que sus padres se levantasen y cuando por fin llego al salón no podía creerse lo que alli había....

O mejor dícho no habia....

Efectivamente, no había arbol, ni regalos. Su padre estaba en el sofá leyendo un periodico sin percatarse de su presencia y su madre trasteaba por la cocina, como siempre...

¿Pero donde estan los regalos? - Exclamó

¿Que regalos? - Preguntó su padre

¡La navidad! - Exclamó Anita ¡Es navidad! ¿Donde esta el arbol con los regalos?- Exclamó nerviosa

Hija... no se que dices - Le contesto su padre sin inmutarse

Anita fue corriendo a la cocina, su madre estaba de espaldas preparando el desayuno.

Sientate, el desayuno esta listo - Le dijo en tono gris y monótono-

¡Mama donde estan los regalos! -Volvio a gritar

¿Que regalos? - Le pregunto su madre

Furiosa resopló y salio corriendo de casa. Afuera ya había amanecido y hacía mucho frío. Pero ni rastro de adornos navideños, ni de villancicos... Nada.
¿Pero que esta pasando?

¡Esto no puede ser!
¡Anita! Se oyo una voz detras de ella
¡Anita!
Sudando y con el corazon latiéndole muy deprisa se despertó en su cama cuando su madre la estaba llamando desde la puerta.
¡vamos que ya es Navidad! - Le dijo con tono alegre

Anita Tricotosa suspiro aliviada y bajo las escaleras deprisa. En el salón un monton de paquetes esperaban para ser abiertos debajo del arbol, su padre leyendo el periodico en su butacon habitual y su madre en la cocina preparando el desayuno.

Todos se reunieron bajo el arbol para empezar a abrir los paquetes.

¡Por fin era navidad!

domingo, 18 de noviembre de 2012

EL MONSTRUO QUE DESTAPABA POR LA NOCHE

Con ilustración de Rafa Mir

Esta es la historia de un niño que se llamaba Miguelito Panychocolate que tenía un miedo terrible a dormir con la luz apagada. ¿Por que? Os estareís preguntando...
Pues bien, Miguelito tenía la terrible sospecha que debajo de su cama habitaba un monstruo que se dedicaba a destaparle por la noche, y claro... Cada dos por tres tenía que estar llendo al medico pues se había resfriado.

-¡Pero mama te juro que yo no soy! Le decia a su madre rabiando.
-No se que voy a hacer contigo, Miguelito - Le regañaba esta.

Y todas las noches la misma historia. Miguelito con miedo a quedarse a oscuras y su madre regañandole por tener la luz encendida... Pero un día, su abuela Agustina, muy sabia ella, le dio un consejo...

Mira Miguelito, yo se como hacer para que el monstruo no te destape por la noche.
¿Ah si? - Pregunto este
Si - Respondio Agustina muy segura - Veras, solo tienes que realizar un guisado mágico y ya veras como se ira.
¿Un guisado magico?Pregunto Miguelito
Claro - Respondio esta cogiendo una cacerola de la cocina -
¿Y que es lo que tengo que hacer? Pregunto Miguelito intrigado
Pues mira, aqui pones una judia verde, que es la verdura que mas odian los monstruos, un poco de pimienta para que le pique,un buen chorro de agua y el toque final...
¿cual es abuela? - Pregunto Miguelito intrigadisimo
Algo que a los monstruos les atrae muchiiiisimo Miguelito. ¡Chocolate!
¿Chocolate? ¡Menuda mezcla!
Ahora lo ponemos al fuego y despues... lo dejamos aqui en tu cuarto.
Apaga la luz Miguelito
¡No! - respondio este - Vendrá el monstruo.
Eso es lo que queremos, y que se vaya tambien, ¿No?
Miguelito se encogio de hombros y se acosto. Su abuela le arropo y le apago la luz.
A los pocos minutos se oyo un estruendo en la habitación y Miguelito encendio la luz, el guisado habia desaparecido... Y el monstruo ya no estaba debajo de su cama.
-¿Lo ves? Le dijo su abuela - Ya no aparecera por aqui.
-¿Pero como lo sabes? - Le pregunto Miguelito.
Yo se muchas cosas, Miguelito...
Dicho esto su abuela salio de la habitación apagando la luz y Miguelito pudo dormir tranquilo esa noche y el resto para siempre. Ya nunca se volvio a resfriar por que el monstruo que le destapaba por la noche, se habia ido.

martes, 21 de agosto de 2012

La madrastra ha perdido su espejo.


Guille Sacacorchos era un niño que vivia con su familia y su perro Doblón. Vivía con sus padres, el señor y la señora Sacacorchos en el número 99 de la calle del Pez Rojo y como los niños de su edad, todas las mañanas, lloviese o hiciera sol caminaba por el lado derecho de la calle camino del Colegio del Gusanillo.

Muchas mañanas su madre Piluca le acompañaba la mitad del camino para luego irse a la compra en el mercado del final de la calle, pero aquella mañana Piluca se había tenido que quedar con su hermana pequeña Nita Sacacorchos pues estaba con fiebre teniéndo que dejarle solo todo el camino.

El sol de primavera brillaba en lo mas alto, la mañana tenía pinta de ser de lo mas calurosa pues el verano y el final del cole estaba cerca. Aun quedaba una media hora para que empezasen las clases por lo que iba tranquilo por la calle y justo en el punto en el que se despedía siempre de su madre oyo que alguien le hablaba.
-¡Eh! -
Guille se paró y miro a su alrededor sin ver a nadie.
-¡Chico! - Volvio a oirse la voz - Tu, el de la camiseta blanca.
Guille se miro a si mismo y se dio cuenta que se referian a el por lo que volvio a dirigir su mirada a su alrededor, no vio nada hasta que sus ojos se toparon con una figura que estaba agazapada entre los cubos de basura.
-¿Quien eres? - Preguntó.
Entonces la figura se hizo visible y brillante a la luz del sol. Guille no podia creerse lo que estaba viendo.
- ¿Es que no me reconoces? - Preguntó con cierto aire de indignación -
Guille asintió. No podia creerse que delante de ella... tuviese... a ...
¡¡¡¡¡¡LA MADRASTRA DE BLACANIEVES!!!!!!!

¿Se te ha comido la lengua el gato? - volvio a preguntarle poniendose a su altura
Yo... - Guille no sabia que decir, generalmente esos cuentos le parecían mas propios de su hermana pequeña pero... Era igualita al libro que leyo con ella la otra noche.
Eres la madrastra de Blancanieves - Consiguio decir tragando saliva -
Muy bien pequeño - Respondio esta sonriendo - Ahora debes ayudarme
¿Yo? - Se sorprendió Guille - Tengo que ir al colegio.
Te prometo que llegarás a tiempo - Asintió esta volviendo a ponerse de pie y riendo a carcajada limpia.
¿En que te puedo ayudar?
Necesito que encuentres mi espejo - Respondio la madrastra -
¿Yo? - Pregunto Guille asombrado - ¿Por que yo?
¿Por que yo, por que yo? - Se burlo la madrastra perdiendo la paciencia. - ¿Es que acaso quieres que te convierta en un lindo ratoncito? Esos gatos seguro que estarían muy contentos.
Guille miró un par de gatos que estaban en un rincon mirandoles y relamiendose. Miro de nuevo a la madrastra y su vestido azul cada vez mas resplandeciente. Asintió
¿Donde lo vio por ultima vez? - Le preguntó ya sin esperanzas de llegar a tiempo al colegio.
La malvada madrastra suavizó su rostro y señaló un arbol hueco que había unos metros mas allá.
Esta ahi dentro, se me coló dentro escapandose de mi por no querer reflejar mi ilustre belleza - Se lamentó -
Belleza... - Pensó Guille para si
Lo necesito para volver a mi castillo. Por favor, cogelo del arbol, yo no puedo, es demasiado pequeño para mi. Pero antes deberás quitarselo al tejón
- ¿El tejon? - Preguntó Guille -
Ve y lo veras - Respondio la madrastra -
Guille se encaminó al arbol y metió la mano. Efectivamente algo parecido a un espejo estaba en su interior pero no lograba cogerlo. Casi lo tenía hasta que...
¡Ay! - Algo le habia pinchado
Saco la mano y se levantó enfadadisimo. No haria caso ni de tejones ni de malvadas madrastras ni nada.
Guillermo - Se oyo la voz de la madrastra en su cabeza. La miró y vio que tenia su dedo apuntandole.
Volvió a meter la mano y por fin saco el dichoso espejo. Se lo devolvió a su dueña.
Gracias Guille - Respondió esta con una sonrisa - Toma un regalo para que te acuerdes de mi.
Era una manzana.
Ve al colegio, es la hora - Le dijo despidiendose -
Guille se volvio, iba a reemprender su marcha cuando oyo un ruido a su espalda, se volvio y la malvada madrastra ya no estaba. Se encamino al colegio con la manzana en la mano y le iba a pegar un mordisco ajeno al veneno que llevaba en su interior cuando uno de los gatos salto sobre el y le hizo tirarla.
- Gato asqueroso - Dijo entre dientes.
Guille llego a tiempo al colegio y pasó el resto del día y a partir de ese momento se dio cuenta que el ir a clase podría ser tambien una aventura. Nunca se sabía.


domingo, 5 de agosto de 2012

EL CONDE DRACULA VA AL DENTISTA



Transilvania estaba de suerte, aquella noche en la que la luna llena brillaba desde el cielo el pobre Conde Drácula no podía cazar.

¿Por que? Os estareís preguntando.

Muy sencillo, le dolía un diente.

¡Que fastidio! - Dijo para si mismo tocandose el mentón - ¡Que dolor!

Entonces un murcielago que volaba despistado por el castillo, se descolgó de una viga del techo y empezo a revolotear a su lado. Curioso le preguntó

¿Que te pasa, Draculillo?

Que no puedo cazar - Contestó este entre dientes -

¿Y eso por que? - Volvio a preguntar

Por que tengo un horrible dolor de dientes esta noche. ¡Retruecanos y calimoches! Con las ganas que tenía de salir. - Contestó dando un golpe en la mesa del salón tan fuerte que incluso un gusano que pasaba tranquilo por ahi camino de su morada saltó un buen trecho y calló al suelo aturdido.

¿Por que no vas al dentista? - Le preguntó ingenuamente el murcielago
Entonces en ese momento el Conde Drácula le miró con los ojos encendidos en fuego y fuera se sintió un trueno tan fuerte que retumbó todo el castillo. El pobre gusano de antes tuvo que echar a correr para que no fuese victima de la violencia de Drácula.

¿Yo? ¡Nunca! - Grito, tan fuerte que tuvo que sostenerse el menton de nuevo con la mano por que el dolor era insoportable.
¿Tienes miedo? - Le dijo el murcielago con sorna
¡No! - volvio a gritar Dracula
Pues entonces ve - Le dijo tranquilamente el murcielago.

El Conde Drácula salió del salon sin decir nada con tanto impetu que su capa parecía volar. Fuera la tormenta continuaba amenizando la noche y el tiempo paso. Durante los días el Conde Dracula intentaba dormir, algo imposible con ese dolor y por las noches diambulaba por el castillo intentando alimentarse, cosa dificil, pues tenía la boca muy dolorida.

Una noche se presentó en la puerta un personaje con pinta de científico, calvo, barrigon y con unas gafas de culo de vaso que le agrandaban mucho sus ojos. Portaba un maletin.

¿Quien eres? - Le dijo el Conde Dracula

Soy el Doctor Incisivo. Tu dentista - Le contestó mostrando sus blancos dientes.

Yo no le he llamado - Gruño Dracula -

Pero yo si - Contesto el murcielago que revoloteaba detrás.

Entonces a regañadientes el Conde Drácula accedio a que el dentista le curase la muela que tenía enferma. Y para su asombro sin dolor ninguno.

¿Ves? Le dijo el murcielago- Ahora podras volver a cazar por la noche y dejar de pegar esos alaridos durante el dia que no me dejan dormir.

El Conde Drácula agacho avergonzado la cabeza y asintió. A partir de esa noche y gracias al Doctor Incisivo pudo volver a alimentarse de lo que mas le gustaba, la sangre.

lunes, 30 de julio de 2012

El viaje de Carlitos
Como cada tarde, despues del colegio, la madre de Carlitos le tenía preparada la merienda en la cocina, unas veces era un bocadillo de jamon y queso, otras un pastel de chocolate que tanto le gustaban con un vaso de colacao frío... Pero aquella tarde era distinta, cuando llego a casa y dejó su mochila en una silla de la cocina nunca se habría podido imaginar lo que pronto iba a sucederle. 

Aquel día su madre Matilde le tenía preparada un bocadillo de foie - gras y un vaso de leche que le había dejado en la cocina y como era su costumbre los cogia y se sentaba a merendar delante del televisor.

Todas las tardes ponían su programa de dibujos favorito:

La aventuras de Hormiga Perezosa en el bosque de Abajo.

Pero aquella tarde no había programa.

¡Que rollo! - Decia Carlitos con el bocadillo en la mano.

Sin embargo, y para su sorpresa, en uno de los canales estaban poniendo un capítulo antiguo de otra de sus series favoritas:

Carlitos Sombrilla en la casa animada

¡Que bien! - Decia

Mientras seguia dando cuenta de su merienda, la serie daba comienzo. En ella un niño de la misma edad y nombre que Carlitos entraba en una vieja casa construida con cristal y alli le sucedían las mas extrañas e insólitas aventuras.

Pero entonces sucedió algo increible y es que de repente Carlitos se vio envuelto en una especie de torbellino, el salon de su casa, la tele, el bocadillo y el vaso de leche habían desaparecido.

¿Que esta pasando? - Se preguntaba mientras volaba -

Despues de unos cuantos segundos Carlitos apareció delante de una vieja casa de cristal. No podia creerselo, estaba metido en el capítulo de la serie.

¿Pero como es posible?

No obtuvo respuesta ninguna, miró al cielo y pronto la noche caería sobre el por lo que decidió que sería mejor resguardarse en aquel lugar.

Llamo a al puerta pero nadie respondió. Pasó dentro y empezó a recorrer un estrecho pasillo donde había multitud de retratos colgados que le estaban observando.

¡Hola Carlitos! - Decia una anciana pintada en uno de los retratos.

¿Como tu por aqui, Carlitos?  - Decia otro .

Los retratos le seguian mientras seguía avanzando. Cuando por fin aquel pasillo termino, Carlitos entró en un gran salón decorado con un sillon en uno de los rincones, una chimenea encendida, una mesa y un juego de cuatro sillas con las patas muy finas...

¡Has venido Carlitos! Sono una voz proveniente del sillon.

¿Quienes sois? Pregunto

¿Es que acaso no nos ves? Le dijo la mesa con voz chillona -

Entonces las cuatro sillas cobraron vida y empezaron a moverse a su alrededor. La mesa, con sus enormes ojos saltones las siguió y continuó hablando con sonido estridente.

Mi nombre es mesa y sirvo para que la gente apoye sus vasos y platos sobre mi aunque es un fastidio por que muchas veces la gente es torpe y derraman el liquido y me mojo o la sopa y me quemo... y ademas me mancho.

Y tu te quejas - Dijeron de repente las cuatro sillas al unísono - Si alguien se sienta sobre nosotras nuestras patas, al ser tan finas, se cansan mucho y sufren. Y asi día y noche. No puedes imaginarte Carlitos lo insufrible que es.

- No les hagas caso, Carlos - dijo el sillon detrás suya - Son unas lloricas. Ven, sientate aqui y veras lo comodo que soy.

Carlitos empezo a ponerse nervioso y a tener miedo. Se encamino a la salida y para su sorpresa todos los muebles del salón y los retratos del pasillo le seguían llamandole a voces.

- Carlitos - Decían - vuelve.
Por fin alcanzó la salida pero se asustó al ver que el pomo de la puerta tenía tambien ojos y le miraba con tristeza.

- No te vayas - Decia -

Carlitos salió corriendo de la casa y corría y corría por el camino mientras todos los muebles le llamaban...

Carlos...

Carlos...

¡Carlos! - Se oyo la voz de Matilde, la madre de Carlitos- ¿Que haces?

Carlos se dió cuenta que estaba otra vez en el salón de su casa, el programa de la tele había acabado y ahora daban las noticias. Sin embargo no había tocado apenas su merienda.

Yo... - Balbuceo confuso -

Vete a hacer los deberes - Ordenó su madre mientras salía de la habitación dando un suspiro.

Carlitos obedeció, subió a su habitación y sin poderse aun quitar de la cabeza su aventura vivida en la casa de cristal empezó a hacer los deberes hasta la hora de la cena.



jueves, 12 de julio de 2012

La bruja Lola y los Lunes



Erase que se era una bruja llamada Lola. Todas las noches que había luna llena, Lola, salía al viejo bosque del Tiempo para hacer sus conjuros mágicos. Y asi transcurrían sus días, una noche tras otra y tras otra hasta el punto en el que todas empezaban a ser iguales.

Normalmente, Lola podía guiarse por la gran Luna que brillaba en el cielo, grande y hermosa. Pero hubo una noche en la que el cielo estaba cubierto de nubes que impedían que la luna fuese vista y Lola no sabía si salir al bosque o no.

¿Cuanto hace que no salgo? - Se preguntaba Lola-

Lola no sabía que hacer, lloraba y lloraba desesperada.
- ¿Que te ocurre, joven bruja? - Se oyo una voz de mujer-
-Que no puedo ver la luna , y no se si debo salir o no al bosque - Respondio Lola secandose las lágrimas.

Entonces Lola miró al cielo y vio como todas las nubes se dispersaban. Muy contenta se disponía a coger su escoba y volar pero aquella voz continuó hablándola.

- ¿Sabes como podrías distinguir las noches? Yo te enseñaré.

- ¿Como puedo hacerlo? - Lola alzo su pregunta a la luna, pues sabía que ella era la que le estaba hablando.

-Empieza a contar a partir de hoy, que es la noche en la que salgo,siete noches mas y volverás a verme de nuevo. A cada una de estas noches les pondrás un nombre para poder distinguirlas mejor.

-Gracias, Luna. Asi lo hare.

Es a partir de entonces cuando Lola llamo a Lunes a las noches en las que volaba con su vieja escoba al Bosque del Olvido, en honor a la Luna. a quien dedicaba sus conjuros y asi nunca se equivocó.


viernes, 6 de julio de 2012

Clarita Llaveinglesa y el duende Mogollon

Clarita Llaveinglesa era una niña bastante normal. Vivía con sus padres en el número Diez de la Calle Panysobrasada, en una casa con jardín. Todas las mañanas salía con su mamá Matilde Llaveinglesa camino al colegio hasta las cuatro de la tarde, momento en el cual volvía a casa y se disponía a hacer los deberes.

Clarita solo tenía un problema, y era que no le gustaba cepillarse los dientes.
Una noche, antes de acostarse y como de costumbre, su mamá Matilde le gritaba desde la cocina...

¡Clarita, lavate los dientes!


Clarita siempre se hacia la remolona, en el sofá viendo la tele, o en su habitación leyendo hacía oidos sordos a las palabras de su madre, hasta que esta terminaba agarrándola de las orejas.

¡Clarita!

Entonces se los lavaba y a regañadientes se iba a la cama. Una noche, mientras estaba durmiendo un ruido que provenía del armario la despertó. Abrio los ojos y encendió la luz. La habitación estaba quieta y en silencio.

Volvio a apagar la luz y cuando se estaba quedando dormida de nuevo volvio a escuchar ese ruido.

¡pom!

Volvió a incorporarse y esta vez se levantó y fue hasta el armario. Mayúscula fue su sorpresa cuando abrio la puerta y encontro un ser diminuto.

¿Quien eres? - Le pregunto
Mogollon - respondió este entre risitas
¿Mogollon?¿Y que haces?

Me llevo aquello que los niños no quieren- Respondio.

Efectivamente, a pesar de que no levantaba un palmo del suelo y con sus diminutas manitas sostenía la pasta y el cepillo de dientes . Su voz era chillona y constantemente se escuchaban sus risitas.

-Pero... Me regañaran como te los lleves -

Mogollon rió de nuevo y se escabulló por un rincon donde había un revoltijo de ropa.

¿Mogollon?, ¡Espera!

Entonces en ese momento la luz del pasillo se encendió y en el umbral de su puerta aparecio su madre Matilde.

¿Que haces, Clarita? - Le pregunto sorprendida

Yo... Se han llevado mi cepillo de dientes - Respondio Clarita

Vamos, - Ordeno su madre - A la cama.

Pero...- Protesto Clarita.

Sin poder rechistar volvió a dormirse. A la mañana siguiente, efectivamente su pasta y su cepillo de dientes habían desaparecido lo que le valío el regaño de su madre.

Estaras contenta, ahora no tienes con que lavarte los dientes. Se te caeran y tendré que llevarte al dentista.

¡No! - Protestó Clarita

A la noche siguiente volvio a escucharse el golpe.

¡Pom!

Clarita, sin pensarselo dos veces se levantó y encendio la luz. Mogollon estaba en el armario.

¿Que quieres quitarme ahora? Gracias a ti mi madre me ha regañado y me ha dicho que como no me lave los dientes estos se me van a caer.


Clarita se echo a llorar, Mogollon se sintió tan conmovido que decidió no quitarle mas pasta ni cepillo de dientes. Es mas, el nuevo que le habia comprado su madre esa misma mañana se los devolvió.

- Perdoname Clarita - Le dijo triste - Es que en mi país nos dedicamos a coger lo que la gente ya no quiere, y como tu dijiste que no querías lavarte los dientes... Pero prometo no volver a molestarte.

¿Pero, vendras a verme? - Le pregunto Clarita secándose las lagrimas - Podemos jugar y puedes llevarte alguna cosa que realmente no necesite.

¡Vale! - Respondio feliz Mogollon- Puedo venir alguna vez, cuando estes dormida.

Clarita sonrió

Y asi lo hicieron, a partir de ese dia Clarita se lavó los dientes antes de acostarse pues comprendió que era necesario para mantenerlos sanos y el duende Mogollon cada noche la visitaba para jugar juntos y Clarita le regalaba algun juguete que ya no usaba.


-FIN-

miércoles, 4 de julio de 2012

La loca historia de la máquina Flis-Flus

Aquella mañana, como todas, Pepito Palaypico se había despertado a la misma hora de siempre. Su habitación estaba igual que la había dejado la noche anterior, es decir, todos los juguetes por el suelo, la ropa hecha un revoltijo en un rincón del armario, los deberes a medias encima de la mesa...

¡Pepito!

La mamá Dorita Palaypico gritaba impaciente al lado de la puerta.

¡Pepito!

Volvía a gritar

¡Es hora de ir al colegio! ¡Vamos, Pepito!

De mala gana Pepito abandonaba el calorcito de las mantas para enfrentarse al frío y temido suelo y encaminarse al baño para lavarse y vestirse. Mientras tanto, la mama Dorita encendía la maquina Flis - Flus para limpiar y ordenar la habitación.

¿Como? ¿No sabéis que es la maquina Flis - Flus?

La maquina Flis - Flus es originaria de Conchinchina.y la podéis encontrar en cualquier tienda de tareas del hogar. Los conchinchinos la inventaron y patentaron para ayudar a las mamas a limpiar las habitaciones de los chicos desordenados como Pepito Palaypico y es muy facil de usar.

Pero continuemos con la historia...

Pepito Palaypico ya se había vestido y lavado los dientes, y ahora estaba tomando su desayuno acostumbrado de todas las mañanas, es decir, su plato de Coles de Bruselas.

¡Que pasa! ¿Por que ponéis esa cara? ¿No os gustan las Coles de Bruselas? A Pepito Palaypico si.

Mientras tanto, Dorita Palaypico había  dado al botón de encender en la maquina Flis - Flus y había ido a la cocina para despedir a su hijo mientras este se marchaba al colegio. Pero pasaba una cosa, y es que Dorita Palaypico no se había dado cuenta de que un Pelusón Traicionero se había colado en la Caja de troquelillas de la máquina flis- flus y la había estropeado.

Nadie reparó en el estado en el que había quedado la habitación hasta que Pepito Palaypico volvió del colegio, entonces se armo la marimorena y es que el momento en que el Peluson Traicionero se metió en  la Caja de las troquelillas activó el mecanismo inverso de la maquina. En vez de limpiar y ordenar todo se había dedicado a cambiar las cosas de lugar, por ejemplo:

Había sacado toda la ropa del armario y esta, estaba perfectamente planchada y doblada pero... ¡En el techo!, todas las cosas que había en los cajones de la mesita, estaban dispuestos ordenadamente en el suelo, la cama puesta contra la pared, también perfectamente hecha y el armario... y esto era lo mas extraño... ¡Lo había metido dentro de un cajón!

Os preguntareis como había podido ser esto, ¿Verdad? Pues los señores Palaypico y Pepito también. Aunque les divertía la escena, su sentido común les decía que esto no podía quedar así con lo cual decidieron ir a la tienda de Tareas del Hogar, Cachiflauta Esparraguera, para que les arreglasen la máquina.

¡Pero eso no tiene arreglo señores! - Pablito Sumaysigue, el encargado, intentaba hablarles.
¡Como que no! - Protestaba Alfonsito Palaypico- Tenéis que arreglarnos la maquina de ordenar habitaciones. ¡No podemos vivir sin ella!

Es un defecto que trae de fábrica. No tiene solución, señores. Lo único que puedo hacer es devolverle su Trillón de monedas de bronce. - Les contestó agachando la cabeza.
¡Pero que haremos con la habitación de nuestro hijo! - Grito Dorita Palaypico

Tendrán que enseñarle a ordenarla - Contesto Pablito Sumaysigue.

Tristes, cogieron su dinero y salieron de la tienda. A la mañana siguiente mientras Pepito estaba en la escuela los técnicos de la casa Flis - Flus se llevaron la máquina. Desde entonces, Pepito Palaypico tuvo que aprender a ordenarse la habitación solo y disfrutó haciéndolo pues así podía tener sus cosas a su gusto y encontrarlas mas fácilmente pues así, sabia donde se encontraban.

Y esta es la loca y corta historia de la máquina Flis - Flus que una vez existió. Mucho antes de que los niños ya se ordenasen su habitación ellos mismos.

domingo, 1 de julio de 2012

El gato que quería aprender a leer

Casimiro era un gato infeliz. Vivía con una gran familia en una casita con jardín y tenia todo lo que podía desear, o casi todo....Quería aprender a leer y escribir.

Cada mañana el papá Roberto desayunaba con su familia sentado en la mesa su habitual cafe y tostada mientras leía el periódico matutino. Casimiro que le observaba se le subía en el regazo y ronroneando le suplicaba que le enseñase, pero Roberto no entendía y le bajaba al suelo otra vez.

- Ahora no, Casimiro -

Casimiro marchaba triste a la habitación donde Dorotea se preparaba para ir al cole. Siempre se subía encima de la mesa y se tumbaba encima de los libros de Dorotea suplicante, quería saber lo que decían.

-Ahora no, Casimiro -

Dorotea le bajaba de nuevo al suelo suavemente y se terminaba de preparar para ir a la escuela, después cogía la mochila con el almuerzo que la mamá Matilde le había dejado en la cocina y tras dar un beso de despedida a sus padres salía por la puerta camino del colegio.

Todos los días Casimiro se quedaba solo en casa pues todos habían salido. Aprovechaba para subirse a las mesas, estanterías... en busca de algo que pudiese leer, tiraba al suelo algún libro que tuviese a su alcance y trataba de abrirlo, pero sin éxito.

Y fue aquella mañana, solo de nuevo, cuando decidió que saldría fuera de casa para buscar a alguien que estuviese dispuesto a enseñarle a leer. Camino por las calles durante un rato y ya cansado, decidió entrar en una tienda cualquiera a descansar. Dio la casualidad que esa tienda estaba llena de libros, emocionado empezó a subirse a la mesa, a las estanterías, pero no podía coger ninguno y entonces fue cuando vio a Zacarías el librero y le maulló suplicante.

- Oh lindo gatito -

Zacarías le acaricio, Casimiro volvió a maullar y rozo con su patita uno de los libros. Entonces, Zacarías el librero entendió que era aquello que Casimiro estaba pidiendo.

-¡Quieres aprender a leer!

Casimiro, que era un gato muy listo, se puso muy contento por que por fin alguien le entendía. Zacarias cogio uno de sus libros y sentó a Casimiro en su regazo. Entonces empezó a leerle una historia de Piratas.
Casimiro se quedo dormido

-¡Oh! Gracias a Dios te encuentras aqui.

El papá Roberto y Dorotea dieron un grito de júbilo. Al llegar a casa se habían dado cuenta de que Casimiro no estaba y salieron a buscarle lo mas deprisa que pudieron. La casualidad hizo que pasaran por aquella tienda y le viesen. Dorotea dio un grito de alegría y abrazó a Casimiro.

- ¡Que susto nos has dado!¿Por que te has escapado gato malo?
- El gato quiere aprender a leer

Zacarías el librero le dio un libro a Dorotea y le dijo:

-Toma, léaselo, le gusta mucho -

Casimiro maulló de satisfacción y juntos se fueron de nuevo a casa. Desde entonces Dorotea procura leerle todos los días un ratito y aunque Casimiro no haya aprendido para el es suficiente por que así también puede vivir nuevas aventuras.


sábado, 30 de junio de 2012

El sueño de Susie

¿Sabéis quien es Susie? Yo os lo diré, Susie es una niña que una noche se fue a dormir y para su sorpresa hizo un gran viaje. Pero no un viaje como el que hacéis con vuestros padres a la montaña o a la playa, no, Susie viajo al maravilloso mundo de Siempre.
Y os estaréis preguntando, ¿Siempre donde esta? ¿Que pasa en el? ¿Puedo ir en bus?¿ Siempre es un mundo al que puedes ir siempre que te vayas a dormir y en el que todo, por muy fantástico o loco que te pueda parecer, es real.
En él, el cielo es de color verde y la tierra es azul, todos los habitantes tienen sus casas de color rosa sobre el mar violeta y caminan sobre las aguas, mientras que en la tierra vive el perro Raimundo, triste por que quiere ser amigo de la Luna  y esta no le hace caso. También hay una cabra medio loca llamada Faustina que pretende volar desde el tejado de su casa  y siempre tiene que ser curada por la gallina Carmina.
Susie es la primera vez que llegaba a ese mundo y esta muy contenta. Era divertido ver como el perro Raimundo hablaba con la Luna y esta no le hacia caso o como Faustina, la cabra medio loca saltaba desde lo alto del tejado y se magullaba. Aquella noche celebraban la cena de Celebración y estaban todos atareados con los preparativos.
¿Qué hacéis? Les preguntaba Susie
Hay prisa – Le responde el conejo Agustín pasando por su lado con los platos en la mano
Una gran mesa repleta de dulces esta dispuesta con todos los habitantes de Siempre a su alrededor. Esta es la noche de Celebración y todo esta preparado, pero Susie se pregunta
¿Qué celebran?
Que has venido, querida amiga – Le responde el gato Clemente en lo alto del cielo, acunado por la Señora Luna.
Susie se puso muy contenta y dio las gracias, junto con la cabra Faustina, la gallina Carmina, el perro Agustín, el gato Clemente y la Señora Luna comieron y rieron hasta el final de la noche, momento en el cual Susie despertó de nuevo en su habitación.


viernes, 29 de junio de 2012

La leyenda de la Luna y el Sol

En el tiempo de lo pasado, en un lugar antiguo, olvidado por todos, existió una muchacha gentil y encantadora llamada Luna. Cada noche se la podía ver por las calles del pueblo con su vestido blanco, con un ramo de florecillas blancas en su mano que iba depositando bajo el alfeizar de cada ventana. Pero, ¿Para que? Os estaréis preguntando. Luna era la guardiana de la noche y de los sueños, cuidaba a todos de que nada malo pudiera pasarles y de que un monstruo llamado Pesadilla les pudiese hacer algo malo.

Un amanecer Luna se disponía a volver a casa después de haber guardado los sueños durante la noche y vio como se acercaba por la calle un apuesto joven subido a lomos de un caballo.

¿Quien sois? - Confusa le pregunto

Mi nombre es Sol - Sonrío mostrando sus blancos dientes.

He de irme - Contesto ella escabulléndose

¿Cual es tu nombre? - Pregunto Sol, curioso.

Luna - Respondió esta volviéndose por un momento

Sol la vio marchar esperando a volver a verla en algún otro momento.

Durante las noches siguientes Luna continuo su labor de guardiana y Sol esperaba durante el día a volver a verla, pero no lo conseguía. Hasta que otro amanecer como el pasado se volvieron a encontrar.

-Dichosos mis ojos de volver a verla, Luna - Le dijo haciéndole una reverencia.

Ella sonrío y no dijo nada. Por un momento se miraron y supieron que tendrían que estar juntos para siempre. El sol ya salía y Luna debía marcharse.

He de irme - Le decía entre lagrimas

Cada amanecer te esperare - Le contesto Sol secándoselas.

Entonces asi transcurrieron las noches y los amaneceres, Luna empezó a descuidar sus quehaceres nocturnos y Pesadilla ataco a uno de los aldeanos. Entonces estos enfurecidos hicieron llamar al carcelero Cielo para que la impidiese salir en otro momento que no fuese la noche y por lo tanto poder ver a Sol.

Luna quedo muy triste pues estaba condenada a guardar los sueños, por la noche, sin poder ver a su amor Sol durante el día. Las Estrellas, sus centinelas, vigilaban desde el cielo que Luna protegiese los sueños de los aldeanos y que depositase un ramo de flores blancas debajo de cada alfeizar.

Mientras tanto Sol, enfadado y triste, comenzó a irradiar tanta luz y calor que durante el dia daba vida a los seres vivos del universo. Quedo confinado a vigilar desde el cielo e intento alargar los brazos para tocar a Luna, lo que dio origen a sus rayos, que llegaban a todos los puntos de la Tierra. 

Solo hubo dos momentos en los que por un momento podían encontrarse y eran al anochecer cuando Sol se iba tras las montañas y al amanecer, cuando Luna se escondía para no ser vista. 

Esta es la historia que desde tiempos remotos las abuelas han ido contando a sus nietos durante generaciones. La leyenda que ha dado origen a la existencia de Sol y Luna, dos amantes que fueron condenados a no encontrarse.