1000 cuentos que nunca te conte...

viernes, 29 de junio de 2012

La leyenda de la Luna y el Sol

En el tiempo de lo pasado, en un lugar antiguo, olvidado por todos, existió una muchacha gentil y encantadora llamada Luna. Cada noche se la podía ver por las calles del pueblo con su vestido blanco, con un ramo de florecillas blancas en su mano que iba depositando bajo el alfeizar de cada ventana. Pero, ¿Para que? Os estaréis preguntando. Luna era la guardiana de la noche y de los sueños, cuidaba a todos de que nada malo pudiera pasarles y de que un monstruo llamado Pesadilla les pudiese hacer algo malo.

Un amanecer Luna se disponía a volver a casa después de haber guardado los sueños durante la noche y vio como se acercaba por la calle un apuesto joven subido a lomos de un caballo.

¿Quien sois? - Confusa le pregunto

Mi nombre es Sol - Sonrío mostrando sus blancos dientes.

He de irme - Contesto ella escabulléndose

¿Cual es tu nombre? - Pregunto Sol, curioso.

Luna - Respondió esta volviéndose por un momento

Sol la vio marchar esperando a volver a verla en algún otro momento.

Durante las noches siguientes Luna continuo su labor de guardiana y Sol esperaba durante el día a volver a verla, pero no lo conseguía. Hasta que otro amanecer como el pasado se volvieron a encontrar.

-Dichosos mis ojos de volver a verla, Luna - Le dijo haciéndole una reverencia.

Ella sonrío y no dijo nada. Por un momento se miraron y supieron que tendrían que estar juntos para siempre. El sol ya salía y Luna debía marcharse.

He de irme - Le decía entre lagrimas

Cada amanecer te esperare - Le contesto Sol secándoselas.

Entonces asi transcurrieron las noches y los amaneceres, Luna empezó a descuidar sus quehaceres nocturnos y Pesadilla ataco a uno de los aldeanos. Entonces estos enfurecidos hicieron llamar al carcelero Cielo para que la impidiese salir en otro momento que no fuese la noche y por lo tanto poder ver a Sol.

Luna quedo muy triste pues estaba condenada a guardar los sueños, por la noche, sin poder ver a su amor Sol durante el día. Las Estrellas, sus centinelas, vigilaban desde el cielo que Luna protegiese los sueños de los aldeanos y que depositase un ramo de flores blancas debajo de cada alfeizar.

Mientras tanto Sol, enfadado y triste, comenzó a irradiar tanta luz y calor que durante el dia daba vida a los seres vivos del universo. Quedo confinado a vigilar desde el cielo e intento alargar los brazos para tocar a Luna, lo que dio origen a sus rayos, que llegaban a todos los puntos de la Tierra. 

Solo hubo dos momentos en los que por un momento podían encontrarse y eran al anochecer cuando Sol se iba tras las montañas y al amanecer, cuando Luna se escondía para no ser vista. 

Esta es la historia que desde tiempos remotos las abuelas han ido contando a sus nietos durante generaciones. La leyenda que ha dado origen a la existencia de Sol y Luna, dos amantes que fueron condenados a no encontrarse. 

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